¿Cómo alcanzar la santidad en tu vida?

La importancia de una vida santa

¿Podemos tener seguridad de salvación si la santidad es necesaria?

En la actualidad, muchas congregaciones cristianas buscan seguridad eliminando la necesidad de una vida santa. Si no es necesaria para llegar al cielo, entonces una persona impía puede estar segura de que lo alcanzará. No solo niegan que la perfección sea un requisito para entrar al cielo (lo cual es cierto, puesto que no alcanzamos la perfección práctica en esta vida), sino que van más allá y afirman que ningún grado de obediencia, santidad, pureza, bondad, amor, arrepentimiento o transformación es necesario para entrar al cielo. Dicen que si Dios requiriera cualquier medida de obediencia práctica o santidad, haría tres cosas terribles: 1) anularía la gracia, 2) contradiría la justificación solo por fe y 3) destruiría la seguridad.

Pero eso no es cierto. La Biblia enseña que ninguna de esas cosas sucede cuando se comprende correctamente la necesidad bíblica de una vida santa. ¡Existe una gloriosa seguridad en la vida cristiana! Pero no se encuentra negando la exigencia de santidad.

La santidad no anula la gracia

La necesidad de una vida santa no anula la gracia.

Se basa directamente en el perdón de la gracia. Y demuestra el poder de la gracia. En 1 Corintios 15:10, Pablo dijo: "Por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no fue en vano, sino que trabajé más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo". La gracia no es solo el perdón que pasa por alto nuestra maldad; también es el poder que produce nuestra bondad. Si Dios dice que es necesario que la gracia haga eso, no es una anulación de la gracia cuando estamos de acuerdo con él.

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La santidad no contradice la justificación solo por fe

La necesidad de una vida santa no contradice la justificación solo por fe.

Hace tres semanas, traté de demostrar que todos los pecados del pueblo de Dios, pasados, presentes y futuros, son perdonados debido a la muerte de Cristo de una vez por todas. Dije que esta justificación basada en la muerte de Cristo por nosotros es la base de la santificación, no al revés. Lo expresé así: el único pecado contra el que podemos luchar con éxito es un pecado perdonado. Sin una justificación de una vez por todas a través de Cristo, lo único que produce nuestro esfuerzo por alcanzar la santidad es desesperación o justicia propia.

Pero no dije que la obra de Dios en la justificación hace que la obra de Dios en la santificación sea opcional. No dije (la Biblia no lo dice) que el perdón hace que la santidad sea opcional. No la hace opcional, la hace posible. Lo que veremos hoy es que el Dios que justifica también santifica. La fe que justifica también satisface: satisface el corazón humano y lo libera de las satisfacciones engañosas del pecado. La fe es el poder expulsivo de un nuevo afecto (Thomas Chalmers). Por eso la justificación y el proceso de santificación siempre van juntos. Ambas provienen de la misma fe. La perfección llega al final de la vida cuando morimos o cuando Cristo regrese, pero la búsqueda de una vida santa comienza con la primera semilla de mostaza de fe. Esa es la naturaleza de la fe salvadora. Encuentra satisfacción en Cristo y así se desteta de las satisfacciones del pecado.

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Preguntas Frecuentes

¿Cómo se puede tener seguridad de la salvación si la santidad es necesaria?

La necesidad de la santidad no anula la gracia, no contradice la justificación por la fe sola y no destruye la seguridad. Dios es fiel y ha prometido santificarnos, lo que nos da la seguridad de que lo hará.

¿Significa el versículo 1 Tesalonicenses 5:23-24 que Dios nos cambiará instantáneamente cuando Jesús venga o que trabajará en nosotros ahora para prepararnos para ese día en santidad?

Dios trabajará en nosotros ahora para que cuando Jesús venga, seamos establecidos en santidad. El objetivo de la obra de santificación de Dios es prepararnos para ese día.

¿Por qué el llamado de Dios garantiza su obra santificadora?

El llamado de Dios tiene como propósito nuestra santidad. Sería infiel a su propósito si nos llamara y no nos santificara.

¿Cuál es el objetivo de Dios en elegirnos, predestinarnos y enviar a su Hijo a morir por nosotros?

El objetivo de Dios es nuestra santidad. Cada paso de nuestra salvación está enraizado en la certeza de los pasos anteriores, lo que nos da seguridad en el amor y la fidelidad de Dios.

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