¿Cómo alcanzar la humildad? El ejemplo de Cristo

La importancia de la humildad según las Escrituras

La Biblia nos enseña que la humildad es un mandato divino: "Buscad la humildad" (Sofonías 2:3). Es una virtud que debemos "vestirnos" (Colosenses 3:12) y que debemos tener "en nuestro corazón" (1 Pedro 3:8). El propio Jesús promete que Dios exaltará a los humildes (Mateo 18:4; 23:12; Lucas 14:11; 18:14), y sus apóstoles también nos exhortan a "humillarnos" (Santiago 4:10; 1 Pedro 5:6).

La mano de Dios en la humildad

Sin embargo, la humildad no es algo que podamos lograr por nuestra propia cuenta. Las Escrituras revelan que es Dios quien inicia el proceso de humillación de sus criaturas. Cuando esto sucede, nos enfrentamos a una elección: ¿Nos humillaremos en respuesta a la mano de Dios o nos resistiremos?

La humildad de Cristo

El ejemplo más extraordinario de humildad se encuentra en Jesucristo. En Filipenses 2:8, leemos: "Él se humilló a sí mismo". Dios, en la persona de su Hijo, se hizo humano y se humilló. Esta verdad es digna de nuestra asombro y meditación.

¿Qué es la humildad?

La humildad bíblica no consiste en la denigración de uno mismo, sino en reconocer y obedecer al verdadero Señor. Implica una visión correcta de nosotros mismos, como criaturas creadas por y responsables ante Dios.

El ejemplo de Jesús

Jesús nos muestra cómo se manifiesta la humildad:

  • Se hizo hombre (Filipenses 2:7).
  • Se hizo obediente hasta la muerte, incluso sobre la cruz (Filipenses 2:8).
  • Su obediencia fue total, incluso frente a la más cruel de las muertes (Filipenses 2:8).

La humildad en nuestra vida

Dios nos invita a humillarnos, aprendiendo del ejemplo de Cristo. Su humildad nos enseña que la verdadera humildad:

  • No es negar nuestra humanidad, sino permitir que la imagen de Dios brille en nosotros.
  • No siempre es el resultado de nuestro pecado.
  • Está respaldada por la presencia constante de Cristo.
  • Conducirá a la exaltación por parte de Dios (Filipenses 2:9).

La humildad es esencial para nuestra vida cristiana. Al humillarnos ante Dios, reconocemos su soberanía y nos alineamos con su voluntad. El ejemplo de Cristo nos inspira a abrazar la humildad y nos asegura que, a pesar de los desafíos que podamos enfrentar, Dios nos levantará y exaltará en su tiempo.

¿Qué es la humildad?

La humildad es un reconocimiento y una obediencia al único que es verdaderamente Señor. Implica una visión correcta de uno mismo como criatura creada por Dios y responsable ante él, lo que requiere una visión correcta de Dios como Creador y autoridad en relación con sus criaturas.

¿Es Dios humilde?

No, no en el sentido de que no sea arrogante o orgulloso, sino porque la humildad es una virtud de las criaturas y Dios es Dios.

¿Cómo se humilló Cristo?

Cristo se humilló al hacerse hombre (encarnación) y luego al convertirse en obediente, hasta el punto de morir en una cruz.

¿Por qué es tan notable la humildad de Cristo?

Es notable porque muestra que podemos ser verdaderamente humanos y aún así humillarnos ante Dios. Jesús no evitó las frustraciones y el dolor de la vida humana, sino que las abrazó plenamente.

¿Cómo puedo aprender a ser humilde?

Podemos aprender sobre la humildad observando el ejemplo de Cristo. Él nos muestra que la verdadera humildad no es menospreciarse a uno mismo, sino reconocer la soberanía de Dios y obedecer su voluntad.

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¿Cuáles son las consecuencias de la humildad?

Dios promete exaltar a los humildes. En Cristo, seremos "super-exaltados" en el tiempo.

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