¿Por qué surgen conflictos y disputas entre nosotros? Santiago afirma que su origen reside en los deseos egoístas que luchan dentro de nuestro ser. Anhelamos aquello que no tenemos, recurriendo a la intriga y la violencia para conseguirlo. Envidiamos las posesiones ajenas, y si no podemos obtenerlas, recurrimos a la lucha y la guerra para arrebatarlas. Sin embargo, nuestros deseos permanecen insatisfechos porque no acudimos a Dios en busca de su provisión.
La amistad con el mundo, una enemistad con Dios
Santiago advierte que la amistad con el mundo nos convierte en enemigos de Dios. Si elegimos abrazar los valores y el estilo de vida mundanos, caemos en una oposición directa a su voluntad. Las Escrituras afirman que Dios anhela que el espíritu que ha infundido en nosotros le sea fiel. Por lo tanto, cultivar amistades con el mundo y sus placeres representa una traición a esta fidelidad.
El camino hacia la reconciliación
Santiago exhorta a la humildad ante Dios. Debemos resistir al diablo, y él huirá de nosotros. Es esencial acercarnos a Dios, y él se acercará a nosotros. También debemos arrepentirnos de nuestras malas acciones y purificar nuestros corazones, reconociendo nuestra lealtad dividida entre Dios y el mundo. El duelo y el dolor deben reemplazar la risa y la alegría mientras nos humillamos ante el Señor. Él nos exaltará y nos honrará en su tiempo.
Preguntas Frecuentes
¿Qué causa los conflictos y las disputas en las relaciones?
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