¡Alabando al Señor por su favor inquebrantable!
La protección divina en tiempos de crisis
En medio de las adversidades, Dios es nuestro refugio. Como una fortaleza inexpugnable, nos resguarda de los embates de la tormenta, mitigando el calor abrasador de las aflicciones. A través de su poder, los opresores se vuelven insignificantes, y sus amenazas se desvanecen como el sonido del viento contra un muro.
El banquete celestial y la liberación eterna
En la cúspide de la montaña, el Señor prepara un festín para todas las naciones, un banquete de delicias y vinos añejos. Allí, el velo que cubre a la humanidad será desgarrado, revelando la gloria de Dios. La muerte será devorada para siempre, y las lágrimas serán enjugadas de cada rostro. El oprobio de su pueblo será removido de la faz de la tierra, pues la palabra del Señor es fiel.
La victoria sobre el mal
En ese día, los malvados serán humillados, sus fortalezas derribadas. El Señor extenderá sus manos sobre ellos, derribando su orgullo y sus artimañas engañosas. Moab será pisoteado bajo sus pies, como la paja desechada. La mano del Señor descansará sobre esta montaña, trayendo orden y justicia.
Preguntas frecuentes sobre Isaías 25: Alabanza por el favor del Señor
¿Por qué alaba el profeta al Señor?
Porque ha hecho cosas maravillosas, sus planes son fieles y verdaderos, y ha demostrado su poder y protección a los necesitados (v. 1-4).
¿Cómo se manifestará el favor del Señor?
A través de una gran fiesta en la que todas las personas serán honradas y recibirán bendiciones (v. 6).
¿Qué se destruirá en este día?
El velo que cubre a las naciones, la muerte y el oprobio que ha afligido al pueblo de Dios (v. 7-8).
¿Qué sucederá con Moab?
Será derrotado y humillado, como la paja que es pisoteada en el estiércol (v. 10).
¿Por qué es importante esperar en el Señor?
Porque su mano estará sobre el pueblo, brindándoles salvación, alegría y regocijo (v. 9-12).