Abimelec y Abraham: ¿Hermanos o esposos?

Los celos de Abimelec y la advertencia de Dios

Abraham y su esposa, Sara, llegaron a Gerar, una tierra extranjera. Para protegerse, Abraham presentó a Sara como su hermana. El rey Abimelec, intrigado por la belleza de Sara, la llevó a su palacio.

Esa misma noche, Dios advirtió a Abimelec en un sueño. "Estás al borde de la muerte porque la mujer que has tomado es esposa de otro hombre", anunció Dios. Abimelec, que aún no había tocado a Sara, se defendió alegando inocencia.

La verdad sale a la luz y las consecuencias

Dios le reveló a Abimelec que el propio Abraham había dicho que Sara era su hermana. Al darse cuenta de su error, Abimelec devolvió a Sara a Abraham y le pidió que orara por él.

Abraham oró y Dios sanó a Abimelec, su esposa y sus siervas, que habían quedado estériles. Abimelec, agradecido, le dio a Abraham regalos y le permitió elegir dónde vivir en su tierra.

Lecciones aprendidas de esta historia

Esta historia destaca la importancia de ser honesto y evitar el engaño. El temor de Abraham llevó a una situación peligrosa, pero la intervención de Dios demostró que la verdad siempre sale a la luz.

Además, la historia subraya el poder de la oración. Abraham, como profeta, intercedió por Abimelec y obtuvo la misericordia de Dios. El perdón y la reconciliación son posibles cuando hay arrepentimiento y una petición sincera de perdón.

Preguntas frecuentes sobre Génesis 20: Abraham y Abimelech

¿Por qué Abraham mintió sobre su relación con Sarah?

Abraham mintió sobre su relación con Sarah porque temía por su propia vida. Pensó que si el rey Abimelech supiera que Sarah era su esposa, querría tenerla para él y mataría a Abraham para conseguirla.

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¿Por qué Dios intervino para proteger a Abimelech?

Dios intervino para proteger a Abimelech porque sabía que Abimelech había actuado con inocencia. Abimelech no sabía que Sarah era la esposa de Abraham, y Dios no quiso que Abimelech cometiera un pecado al acostarse con ella.

¿Qué aprendió Abraham de esta experiencia?

Abraham aprendió que no debía mentir, incluso para protegerse. También aprendió que Dios siempre lo cuidaría y protegería, incluso cuando cometiera errores.

¿Qué podemos aprender de esta historia hoy?

Podemos aprender de esta historia que debemos ser honestos y no mentir, incluso cuando es difícil. También podemos aprender que Dios siempre estará ahí para nosotros, incluso cuando cometamos errores.

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