¿Puedo decir 'Dios te ama' a los no creyentes?
El amor universal de Dios para el mundo
La Biblia afirma que Dios ama al mundo (Juan 3:16). Este amor es indiscriminado y se extiende a todos, incluidos aquellos que aún no creen. Por lo tanto, es apropiado decirles a las personas que Dios los ama, porque es cierto.
El amor electivo de Dios para los creyentes
Sin embargo, la Biblia también enseña que Dios tiene un amor electivo especial por aquellos que creen en él. Este amor se muestra en la elección o predestinación (Hechos 13:48). Dios soberanamente elige a algunos para que sean salvos, no por mérito propio, sino por su gracia.
Evangelizando a todos
A la luz de estas distinciones, ¿cómo debemos evangelizar? Debemos predicar a todos, ofreciendo el amor y la gracia de Dios a través de Jesucristo. No debemos tratar de discernir quiénes son los elegidos, sino presentar el mensaje de salvación a todos.
Ofreciendo a Cristo
Debemos ofrecer a Cristo y sus beneficios a todos los que escuchen. No debemos tratar de ganarlos con argumentos o manipulación, sino mostrarles el amor y la misericordia de Dios que se ofrecen libremente.
Orando por la fe
Al evangelizar, debemos orar por aquellos a quienes les compartimos el mensaje. Pedimos a Dios que abra sus corazones, les dé fe y los atraiga hacia él.
Preguntas frecuentes
¿Puedo decir "Dios te ama" a los no creyentes?
Sí, es honesto decir "Dios te ama" a todos, porque Juan 3:16 dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Este amor es indiscriminado y consiste en una oferta genuina de salvación para todos.
¿Ama Dios a todos de la misma manera?
No, Dios tiene un amor especial por los elegidos, que son aquellos que creerán en Él (Hechos 13:48). Este amor es específico y particular, y no se extiende a todos, o todos serían salvos.
¿Cómo debo evangelizar a la luz de estas distinciones?
Predicando a todos que Dios ofrece perdón y salvación gratuita a través de Jesucristo. Ofrecemos a Cristo a todos, independientemente de si creemos que son elegidos o no. Oramos por sus corazones y los instamos a reconciliarse con Dios. Dios es quien da la fe y quita la resistencia, pero nuestro trabajo es proclamar el mensaje del evangelio.