¿Cómo cuida Dios a su pueblo?
El agradecimiento del salmista
El salmo 111 comienza con una exclamación de alabanza: "¡Aleluya!". El salmista expresa su inmensa gratitud por los atributos y obras de Dios. Declara que dará gracias al Señor "con todo su corazón" y en cualquier lugar donde se reúnan personas de bien.
Las obras extraordinarias de Dios
El salmista reconoce la grandeza de las obras de Dios. Afirma que son "maravillosas" y "dignas de ser estudiadas". La belleza y el esplendor son características distintivas de sus creaciones. Además, Dios es generoso y su bondad nunca se agota.
El Dios de la gracia y el amor
Dios es presentado como un ser de gracia y amor. Ha demostrado su misericordia brindando alimento a quienes le temen. También es fiel y cumple sus promesas, como lo hizo al liberar a su pueblo de Egipto.
Un Dios justo y confiable
El salmista destaca la justicia y la verdad de Dios. Sus acciones siempre son correctas y sus productos son duraderos. Nunca pasan de moda ni se vuelven obsoletos. Además, Dios es fiel a su pacto con su pueblo y ha pagado el rescate por sus pecados.
El temor de Dios y la bendición
El salmista afirma que el temor de Dios es el fundamento de una vida buena. Quienes viven en este temor experimentarán la bendición del Señor. El salmista concluye el salmo con un eco de su exclamación inicial de alabanza: "¡Aleluya!".
Preguntas frecuentes
¿Por qué es importante dar gracias a Dios?
Porque Él es digno de toda adoración y alabanza (versículo 1).
¿Qué cualidades definen las obras de Dios?
Esplendor, belleza y generosidad (versículo 3).
¿Cómo se manifiesta la gracia de Dios?
A través de sus milagros y su amor constante (versículo 4).
¿Qué promesa hizo Dios a su pueblo?
Darles la tierra de las naciones como herencia (versículo 6).
¿Qué implica el "temor de Dios"?
Respeto, reverencia y obediencia (versículo 10).
¿Cuál es el fundamento de una vida bendecida?
Comenzar con el temor de Dios (versículo 10).
¿Qué garantiza la durabilidad de las promesas de Dios?
Su naturaleza honesta, verdadera y justa (versículo 7).
¿Cómo redimió Dios a su pueblo?
Pagando el rescate por ellos (versículo 9).
