¿Dios anula nuestra voluntad en nuestras buenas intenciones?
El poder de Dios no reemplaza nuestra voluntad
Buscar el poder de Dios para cumplir nuestras buenas resoluciones no implica dejar de esforzarnos o renunciar a nuestra fuerza de voluntad. El poder divino en la santificación no nos vuelve pasivos. Más bien, se activa junto a, detrás de y dentro de nuestra voluntad, no en su lugar.
La evidencia del poder divino
La evidencia del poder de Dios en nuestras vidas no es la ausencia de voluntad, sino la fortaleza y el gozo que experimentamos al ejercerla. Afirmar que "creo en la soberanía de Dios y permaneceré inactivo" es una falsa interpretación de la soberanía divina. ¿Por qué alguien que cree en la soberanía de Dios desobedecería abiertamente sus mandatos?
La obediencia activa es esencial
Cuando elegimos la inacción, no estamos haciendo nada. Estamos comprometiendo activamente nuestra voluntad en la decisión de permanecer inactivos. Frente al pecado y la tentación, esta actitud constituye una desobediencia flagrante, pues se nos ordena luchar contra el mal (1 Timoteo 1:18), resistir al diablo (Santiago 4:7), esforzarnos por la santidad (Hebreos 12:14) y vencer los deseos pecaminosos (Romanos 8:13).
La importancia de las buenas intenciones
2 Tesalonicenses 1:11 afirma que cumpliremos nuestras buenas resoluciones y obras de fe por el poder de Dios. Sin embargo, esto no invalida el significado de "resolver" y "obrar". Parte del proceso de vivir dignamente para Dios implica el compromiso activo de nuestra voluntad de hacer lo correcto.
La responsabilidad personal
Si persisten pecados en nuestra vida o descuidamos las buenas obras, esperando ser salvados sin esfuerzo, agravamos nuestra desobediencia. Dios nunca manifestará su poder en nuestra voluntad de una manera diferente a través del ejercicio de esa voluntad, es decir, mediante nuestras buenas intenciones, planes y propósitos.
El equilibrio entre soberanía y responsabilidad
Quienes creen en la soberanía de Dios no deben temer comprometer su voluntad en la lucha por la santidad. "Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán" (Lucas 13:24). Esfuérzate con la fe de que, a través de tus esfuerzos, Dios está obrando para cumplir su buena voluntad (Filipenses 2:13).
Preguntas frecuentes sobre el papel de Dios en nuestras buenas decisiones
Pregunta: ¿Significa que no debemos hacer esfuerzos por nuestras buenas decisiones si creemos en el poder de Dios?
Respuesta: No, el poder de Dios no reemplaza nuestro propio esfuerzo. En cambio, trabaja junto con nuestra voluntad, fortalecéndola y dándonos alegría en nuestras decisiones justas.
Pregunta: ¿Es desobediencia esperar pasivamente el rescate de Dios sin luchar contra el pecado?
Respuesta: Sí, porque estamos llamados a luchar activamente contra el pecado y a esforzarnos por la santidad. Sentarse y no hacer nada es desobediencia, ya que vamos en contra de los mandatos de Dios de resistir la tentación y buscar la justicia.
Pregunta: ¿Anula el poder de Dios la necesidad de nuestras propias buenas intenciones y planes?
Respuesta: No, las buenas intenciones y los planes siguen siendo parte esencial del proceso de caminar digno de la vocación de Dios. El poder de Dios trabaja a través de nuestras propias decisiones y esfuerzos.
Pregunta: ¿Pueden las personas que creen en la soberanía de Dios temer involucrarse en la lucha por la santidad?
Respuesta: No, la creencia en la soberanía de Dios no exime a las personas de la responsabilidad de luchar por la justicia. En cambio, debemos confiar en que Dios está trabajando en y a través de nuestros esfuerzos para cumplir su voluntad.