¿Por qué Dios no castiga a los malvados?
El grito de angustia por la justicia
El Salmo 94 expresa el lamento y el clamor de los justos que sufren ante el triunfo de los malvados. El salmista pregunta: "¿Cuánto tiempo más permitirás que los impíos se regocijen y opriman a tu pueblo, Señor?".
El poder y la sabiduría de Dios
Ante la aparente injusticia, el salmista declara que la venganza es prerrogativa de Dios. Les recuerda a los necios que el Creador, que dio forma a nuestros sentidos, también ve y escucha. Aquel que disciplina a las naciones, ¿no podrá también corregir a los humanos?
La esperanza en la justicia divina
A pesar de la aflicción, el salmista confía en que la justicia prevalecerá. Dios, que conoce los pensamientos humanos, no permitirá que el mal triunfe eternamente.
El consuelo y la protección de Dios
En medio de las tribulaciones, los justos encuentran consuelo en la ley de Dios y su guía. La misericordia del Señor los sostiene y los pensamientos reconfortantes alivian sus corazones.
La condena de los malvados
El salmista denuncia a quienes traman injusticias y derraman sangre inocente. Pero advierte que su propia iniquidad los destruirá. Dios, en su justicia, castigará a los malhechores y defenderá a los oprimidos.
El Salmo 94 recuerda a los creyentes que, aunque la justicia puede demorarse, no será denegada. Dios es testigo de la maldad y en su tiempo traerá retribución a los malvados. Los justos, por su parte, encontrarán refugio y consuelo en la fe y la misericordia del Señor.
Preguntas frecuentes sobre el Salmo 94
¿Por qué Dios debe vengarse?
Porque la venganza le pertenece a Dios como el juez justo de la tierra (v. 1).
¿Por qué los malvados prosperan?
Dios permite que los malvados prosperen por un tiempo para revelar su maldad y probar la fe de los justos (v. 4-7).
¿Por qué no ve Dios la injusticia?
Dios ve todas las cosas, incluidas las injusticias que cometen los malvados (v. 9).
¿Cuál es la recompensa de los justos?
Los justos son bendecidos con la enseñanza de Dios (v. 12) y la liberación de las dificultades (v. 13).
¿Por qué no abandona Dios a su pueblo?
Dios es fiel y no abandonará a su pueblo, incluso en tiempos de adversidad (v. 14).
¿Contra quién debemos luchar?
Debemos luchar contra los malvados y los que trabajan la iniquidad (v. 16).
¿Qué sucede con los malvados?
Dios traerá juicio sobre los malvados y los cortará en su propia iniquidad (v. 23).