¿Todos bajo pecado? ¿Somos mejores que ellos?
El diagnóstico del pecado
La Biblia nos revela una verdad fundamental: todas las personas, sin excepción, están bajo el dominio del pecado (Romanos 3:9). Este diagnóstico puede resultar incómodo, pero también es esperanzador.
El pecado no es solo cometer errores ocasionales; es una fuerza poderosa que nos esclaviza. Nos corrompe hasta la médula, haciéndonos incapaces de agradar a Dios por nuestros propios méritos. No somos víctimas inocentes del pecado; somos cómplices de la rebelión contra Dios.
Las consecuencias del pecado
En Romanos 3:10-18, el apóstol Pablo cita varios pasajes del Antiguo Testamento para ilustrar la gravedad del pecado. Estas citas muestran que:
- No hay una sola persona justa (versos 10-12)
- Nuestros corazones son engañosos y llenos de maldad (versos 13-15)
- Nuestras acciones traen destrucción y miseria (versos 16-17)
La esperanza del Evangelio
A pesar de este diagnóstico aleccionador, el mensaje del Evangelio no es de desesperación sino de esperanza. Dios, en su misericordia, ha provisto un camino para que seamos liberados del poder y la culpa del pecado.
A través de la fe en Jesucristo, la justicia misma de Dios se nos imputa como regalo (Romanos 3:21-22). Al confiar en Cristo, podemos recibir el perdón por nuestros pecados y ser reconciliados con Dios.
Este es el mejor mensaje que podemos escuchar: que incluso aquellos que están bajo el dominio del pecado pueden encontrar salvación y redención en Jesucristo.
Preguntas Frecuentes
¿Qué significa estar "bajo pecado"?
Estar bajo pecado implica una relación arruinada con Dios, caracterizada por la falta de comprensión, búsqueda y temor hacia él. También conlleva relaciones dañadas con los demás, donde las palabras y acciones se vuelven venenosas y destructivas.
¿Cómo apoya Pablo su argumento de que todos están bajo pecado utilizando el Antiguo Testamento?
Pablo cita seis pasajes del Antiguo Testamento que muestran que tanto judíos como gentiles son inherentemente corruptos y solo pueden ser redimidos por la gracia salvadora de Dios.
¿Cuál es la esperanza para aquellos que están bajo pecado?
A pesar de nuestra pecaminosidad, la buena noticia es que Dios ha provisto un camino de salvación a través de Jesucristo. Creer en él y confiar en su sacrificio en la cruz nos libera del poder y la pena del pecado, reemplazando nuestra injusticia con la justicia de Dios.