¡Temes al miedo al hombre? ¡Teme menos y teme más a tus miedos!
La sutileza del miedo al hombre
¿Y si el miedo al hombre fuera más peligroso de lo que pensamos? Este temor, a menudo sutil e ineludible, se disfraza de amor, fingiendo valorar a los demás más que a sí mismo, pero en secreto depende de otros para alimentar su propia vanidad.
Ceguera ante el amor verdadero
El miedo al hombre ciega a las personas al verdadero amor, incluso al Amor mismo. Jesús advirtió a los líderes religiosos que no podían creer en él porque buscaban gloria de los hombres, no de Dios. La búsqueda de gloria humana impedía que reconocieran al Hijo de Dios y apreciaran el amor de Dios.
La trampa del miedo al hombre
La Escritura describe el miedo al hombre como una trampa. Como una trampa, se disfraza de algo inofensivo y tiene como objetivo dañar. Lleva a las personas a temer a los demás más que a Dios y, finalmente, las pone en contra de Dios, lo que es sumamente peligroso.
La cura: confiar en Dios
El antídoto para el miedo al hombre es confiar profundamente en Dios. Cuando rechazamos el miedo al hombre y confiamos en Dios, encontramos un refugio seguro en Él. Él se convierte en nuestro santuario, brindándonos seguridad y paz.
Temer a Dios para vencer el miedo al hombre
El miedo al Señor es una fuente de vida que nos aparta de los peligros del miedo al hombre. Temer a Dios implica reconocer su santidad y poder. Cuando tememos a Dios más que a los hombres, nuestros temores terrenales se disuelven y somos liberados del dominio del miedo al hombre.
Combate el miedo al hombre exponiéndote al asombroso poder de Dios. Reconoce su asombrosa gloria y santidad, y confía en su protección. Al temer a Dios más que a los hombres, vencerás el miedo al hombre y experimentarás la libertad y la paz verdaderas. Recuerda: ¡teme menos a los hombres y teme más a tus miedos!
¿Cómo puedo superar el miedo a la gente?
El miedo a la gente se puede superar confiando en Dios y temiendo más a Él que a los demás. El miedo al Señor es una fuente de vida que nos protege de las trampas de la muerte (Proverbios 14:27). Honremos al Señor como santo y dejemos que Él sea nuestro miedo y temor (Isaías 8:12-14). Al centrarnos en la santidad y el sacrificio de Cristo, podemos superar nuestro miedo a los demás y vivir con un temor reverente y gozoso hacia Dios (1 Pedro 3:14-15).
¿Qué papel juega el temor de Dios en la superación del miedo a la gente?
El temor de Dios nos ayuda a ver a Dios como asombroso y glorioso, no a otras personas. Cuando Dios es grande en nuestras vidas, la gente no lo es (Salmos 14:27). Al temer a Dios, podemos dejar de temer a los demás y amarlos genuinamente, ya que ya no son una amenaza para nuestra relación con Dios (1 Pedro 1:17-19).