¡Libérate del atasco!

1. Recuerda que Dios tiene el control

Cuando te sientas abrumado, recuerda que Dios está a tu lado. No te dejará caer y entiende tus luchas. Confía en su guía y protección.

2. Pide un corazón que busque la gloria de Dios

Es fácil quedar atrapado en la búsqueda de logros personales. Ora por un corazón que anhele la gloria de Dios y priorice su voluntad sobre tus deseos.

3. Prioriza tu tiempo

El tiempo es un regalo precioso. No dejes que el trabajo o las distracciones obstaculicen tu devoción a Cristo y tu familia. Gestiona tu tiempo sabiamente y elimina las actividades que te impiden servir a Dios y a los demás.

4. Busca el descanso en la obediencia

El descanso no significa escapar de las responsabilidades, sino liberarse de la autogratificación. Encuentra descanso en la obediencia a tu llamado, confiando en que la gloria de Dios superará tus imperfecciones.

5. Libera la alegría

Cuando te desenredes de tus preocupaciones y pongas tu enfoque en Dios, descubrirás una alegría profunda. Esta alegría no depende de las circunstancias, sino de la presencia de Cristo en tu vida.

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