Responsabilidades hacia los Demás: Una Guía Bíblica

Respeto y Cuidado de los Ancianos y Jóvenes

La Biblia nos enseña a tratar a las personas mayores con respeto y consideración, como si fueran nuestros padres. Del mismo modo, debemos guiar y apoyar a los jóvenes como si fueran nuestros hermanos y hermanas. Las mujeres mayores merecen nuestro respeto como madres, mientras que las jóvenes deben ser tratadas con pureza y dignidad como hermanas.

Apoyo a las Viudas

Es nuestro deber cuidar de las viudas que no tienen nadie más que las atienda. Sin embargo, si tienen hijos o nietos, su principal responsabilidad es mostrar piedad en el hogar y cuidar de sus padres. Una verdadera viuda, que está sola y aislada, ha puesto su esperanza en Dios y ora constantemente por su ayuda. En cambio, una viuda que vive para el placer espiritualmente está muerta en vida.

Requisitos para ser Viudas Apoyadas por la Iglesia

Las viudas que reciben apoyo de la iglesia deben tener al menos sesenta años y haber sido fieles a su esposo. Deben ser respetadas por su bondad y buenas obras, como criar a sus hijos, ayudar a los extraños, servir a los creyentes y extender la mano a los necesitados. Las viudas más jóvenes no deben ser incluidas en esta lista, ya que sus deseos físicos pueden superar su devoción a Cristo y llevarlas a casarse de nuevo.

Cuidado de los Familiares

Quienes no cuidan de sus propios familiares, especialmente de los de sus hogares, han negado la fe y son peores que los incrédulos. Las mujeres creyentes que tienen viudas en su familia deben cuidarlas ellos mismos, para que la iglesia pueda enfocarse en apoyar a las viudas que están realmente solas.

Respeto y Apoyo a los Ancianos de la Iglesia

Los ancianos que trabajan diligentemente en la predicación y la enseñanza deben ser respetados y remunerados adecuadamente. La Biblia enseña que debemos honrar a los que trabajan y que no debemos amordazar al buey que pisa el grano. Las acusaciones contra un anciano no deben aceptarse sin la confirmación de dos o tres testigos. Los pecadores deben ser reprendidos públicamente para servir como advertencia a los demás.

Pureza y Cautela

Es esencial ser puros y evitar favorecer a nadie en las decisiones de liderazgo de la iglesia. No debemos ser precipitados en tales nombramientos y debemos mantener nuestra integridad. Además, debemos cuidar nuestra salud física y beber vino con moderación si es necesario. Los pecados de algunos son evidentes, mientras que los de otros se revelan más tarde. Del mismo modo, las buenas obras se hacen visibles con el tiempo.

Preguntas Frecuentes sobre las Responsabilidades hacia los Demás

¿Cómo debo tratar a las personas mayores?
R: Nunca hables con dureza a un anciano, sino apela a él respetuosamente como lo harías con tu propio padre.

¿Cómo debo tratar a las personas más jóvenes?
R: Habla con los hombres más jóvenes como lo harías con tus propios hermanos, y trata a las mujeres más jóvenes con toda pureza como lo harías con tus propias hermanas.

¿Quién es responsable de cuidar a las viudas?
R: Aquellos que no tienen a nadie más que los cuide.

¿Cuáles son las calificaciones para ser una viuda que recibe apoyo de la iglesia?
R: Tener al menos sesenta años, haber sido fiel a su esposo, ser respetada por su buen comportamiento, haber criado bien a sus hijos, haber sido amable con los extraños, haber servido a otros creyentes y haber estado siempre dispuesta a hacer el bien.

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¿Por qué no se debe poner a viudas más jóvenes en la lista de apoyo?
R: Porque sus deseos físicos pueden superar su devoción a Cristo y pueden querer volver a casarse, rompiendo su compromiso anterior.

¿Cómo deben ser tratados los ancianos que trabajan bien en la iglesia?
R: Deben ser respetados y bien pagados, especialmente aquellos que predican y enseñan.

¿Qué debo hacer si escucho una acusación contra un anciano?
R: No aceptes la acusación a menos que sea confirmada por dos o tres testigos.

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