¡Ora, porque Dios es soberano!
La soberanía de Dios no anula la oración
Algunos pueden pensar que creer en la soberanía de Dios significa que la oración es inútil. Sin embargo, la Escritura nos muestra que la soberanía de Dios no hace que la oración sea opcional o irrelevante. Todo lo contrario, es esencial e indispensable.
Dios no depende de nuestras oraciones, pero ha elegido hacer depender muchos de sus planes de ellas. En lugar de anular la oración, la soberanía de Dios la hace aún más vital.
Beneficios de orar a un Dios soberano
Además de ser un mandato bíblico, orar a un Dios soberano tiene numerosos beneficios:
1. Fortalece nuestro vínculo con Dios
La oración nos conecta con el corazón de Dios. Nos ayuda a amarle y servirle más, y nos recuerda que es nuestro refugio seguro.
2. Purifica nuestros deseos
La oración revela nuestros deseos egoístas y nos ayuda a alinearlos con la voluntad de Dios.
3. Aumenta nuestra gratitud
Orar nos hace conscientes de las bendiciones de Dios y nos inspira a darle gracias.
4. Nos recuerda su bondad
Las oraciones respondidas nos muestran la bondad inquebrantable de Dios y nos llenan de alegría.
5. Confirma sus promesas
Orar nos permite experimentar la fidelidad de Dios al cumplir sus promesas.
6. Aumenta nuestra satisfacción en Dios
La oración enciende nuestra alegría en los dones de Dios y, por tanto, exalta su gloria.
La soberanía de Dios no nos exime de orar. Más bien, hace que la oración sea más necesaria y fructífera. Al orar, reconocemos la soberanía de Dios y abrazamos su plan perfecto para nuestras vidas.