¿Mejor perder la vida o desperdiciarla?
El propósito superior en la vida
La vida es un don precioso, pero también es una responsabilidad. Como decía el apóstol Pablo: "Mejor perder la vida que desperdiciarla".
Características de una vida vivida con propósito
Una vida vivida con propósito se caracteriza por:
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Control divino:
Ser guiado por el Espíritu Santo, no por los propios deseos.
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Coraje ante la incertidumbre:
Confiar en Dios incluso cuando el camino por delante sea desconocido.
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Superación del miedo:
No permitir que el sufrimiento nos desvíe de nuestro propósito.
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Glorificar a Dios:
Hacer todo lo posible para mostrar la gloria de la gracia de Dios en Cristo.
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Servicio abnegado:
Dedicar nuestras vidas al servicio de los demás, incluso en la vejez.
La recompensa de una vida vivida con propósito
Cuando perdemos nuestra vida sin desperdiciarla, no la perdemos en realidad. La ganamos, coronada de gloria. El apóstol Pablo se refirió a esto como "la corona de justicia, que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Timoteo 4:7-8).
No desperdiciemos nuestra vida persiguiendo sueños vacíos. En cambio, vivamos con un propósito que glorifique a Dios y nos traiga una recompensa eterna. Recordando las palabras de Pablo, "Mejor perder la vida que desperdiciarla".
Preguntas Frecuentes
¿Qué significa tener la mentalidad de "mejor perder la vida que desperdiciarla"?
- Ser controlado por una fuerza externa, el Espíritu Santo.
- Ser valiente ante la incertidumbre.
- Superar el miedo cuando el camino está lleno de sufrimiento.
- Vivir para exaltar la gracia de Dios en Jesucristo.
- Dedicar los años restantes a un ministerio, incluso en la vejez.
¿Por qué es mejor perder la vida que desperdiciarla?
- Porque al perderla mientras no se desperdicia, no se pierde realmente.
- Se gana la vida, coronada con la justicia de Dios.
- Se comparte el gobierno y la gloria del Rey de reyes.
- Las aflicciones temporales conducen a una gloria eterna incomparable.