Cómo meditar en la Biblia para calentar tu corazón
¿Qué es la meditación bíblica?
La meditación bíblica no es simplemente sentarse en silencio y respirar profundamente. Implica pensar profundamente en la Palabra de Dios, permitiéndole que penetre en nuestros corazones y nos transforme. John Owen la define como "pensar una verdad y sentirla hasta que sus ideas se vuelvan grandes, dulces y conmovedoras".
¿Por qué meditar en la Biblia?
- Calienta y deleita nuestros corazones
- Nos protege de la influencia del mal
- Nos fortalece y nos hace fructíferos
- Nos ayuda a resistir las tentaciones y a renovar nuestras mentes
- Da forma a nuestras vidas según la voluntad de Dios
Pasos para meditar en la Biblia
- Prepara tu mente y corazón:
- Ora pidiendo ayuda a Dios
- Establece un tiempo y lugar específicos para la meditación
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Elimina las distracciones
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Pausa y reflexiona:
- Elige un versículo o pasaje en particular
- Piensa en su significado y cómo se aplica a tu vida
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Habla o escribe sobre el versículo para profundizar tu comprensión
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Introdúcelo en tu corazón:
- Predica a ti mismo la verdad
- Reprende tu incredulidad y declara la verdad de Dios a tus sentimientos cambiantes
- Esfuérzate por encender el fuego de Dios en tu corazón
"Meditaré"
La meditación no es solo para cristianos fervorosos, sino también para aquellos que reconocen su frialdad. Es un medio para acercarse a Dios, calentar nuestros corazones y experimentar la alegría de vivir en Su presencia. Siguiendo estos pasos, puedes sumergirte en la Palabra de Dios y permitir que transforme tu vida.
¿Qué es la meditación según la Biblia?
La meditación bíblica involucra pensar y sentir profundamente, reflexionando sobre la Palabra de Dios hasta que las ideas se vuelven significativas y conmovedoras.
¿Por qué debo meditar?
La meditación nos ayuda a:
- Calentar y deleitar nuestros corazones
- Protegernos del destino de los malvados
- Convertirnos en fuertes y fructíferos como árboles alimentados por ríos
¿Cómo medito?
- Prepara tu mente y corazón: Espera dificultades y confía en la oración.
- Pausa y reflexiona: Examina una verdad específica y haz preguntas.
- Aplícala: Predica la verdad a ti mismo, confrontando la incredulidad y encendiendo el fuego en tu corazón.