¿Por qué no orar es un pecado grave?

Cuatro razones para inclinarse ante Dios

La oración es esencial en nuestra relación con Dios. Nos recuerda que Él es Dios y que nosotros somos criaturas débiles y necesitadas. Sin embargo, numerosos cristianos persisten en el pecado de no orar. Deseamos hacerlo, pero la falta de oración acecha. Anhelamos la oración, pero en nuestro interior luchamos contra la falta de oración, viviendo como pequeños dioses que persiguen la piedad sin depender del poder de Dios. Aunque Jesús nos dice que "oremos siempre y no nos desanimemos" (Lucas 18:1), frecuentemente nos desanimamos (quizás por nuestra falta de oración).

1. Ignora la historia de Dios

Nuestra salvación comienza con un grito de fe a Dios pidiendo liberación. Israel clamó a Dios en su esclavitud en Egipto, y nosotros clamamos a Dios en nuestra esclavitud al pecado. Hoy somos el pueblo de Dios porque escuchó nuestro clamor. Si nuestra historia ha sido una de clamar a Dios por ayuda y experimentar su liberación, ¿qué futuro tenemos sino uno de clamar a Dios por ayuda? La falta de oración es un pecado porque ignora la historia de Dios y su designio para su pueblo. Su plan es que dependamos de Él y clamemos a Él para que pueda salvarnos una y otra vez.

2. Quebranta las promesas de Dios

Debido a que Dios ha prometido: "No te dejaré ni te desampararé" (Josué 1:5), Samuel confía en que "el Señor no desamparará a su pueblo" (1 Samuel 12:22). Esta promesa motiva a Samuel a orar. De hecho, sin las promesas de Dios, no tendríamos base para la oración. Las promesas de Dios impulsaron la oración de David. David encontró valor para orar porque Dios prometió trabajar (2 Samuel 7:27). También lo hicieron Daniel (Daniel 9:1-4) y la iglesia primitiva (Hechos 4:23-30), por nombrar algunos.

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¿Qué es la oración entonces? Es pedirle a Dios que haga lo que se ha comprometido a hacer. La oración no es un intento humano de vencer la renuencia de Dios a trabajar por el bien de su pueblo. Más bien, las oraciones bíblicas son impulsadas por el compromiso y la promesa de Dios de obrar. Las promesas de Dios para su pueblo motivan la oración. La oración expresa nuestra confianza en Dios, quien ha prometido hacernos bien.

Entonces, ¿qué es la falta de oración? Es una falta de confianza en Dios y sus promesas. Samuel sabía que tal falta de oración sería un pecado grave. ¿Cómo puedes no confiar en las promesas del Dios que ha sido tan fiel y expresar esa confianza en las oraciones?

3. Deshonra la gloria de Dios

Samuel sabe que Dios solo podría preservar a Israel después de que rechazaran su reinado "por causa de su gran nombre" (1 Samuel 12:22). Entonces, busca la gloria de Dios orando para que no abandone a Israel. El compromiso de Dios de glorificarse a sí mismo hace que la falta de oración sea pecaminosa. Dios dice que no abandonará a su pueblo "por amor a su gran nombre" (1 Samuel 12:22). Samuel intercede por Israel porque Dios es apasionado por su gloria, y Samuel también.

Cuando oramos, alineamos nuestras pasiones, deseos y voluntad con las de Dios. Si Dios se ha comprometido a salvar a su pueblo para su gloria, entonces se vuelve pecaminoso para sus siervos no buscar su gloria en la salvación de su pueblo a través de la oración. La falta de oración, entonces, es un fracaso en buscar la gloria de Dios. No solo traiciona nuestra falta de amor por el pueblo de Dios, sino también nuestra falta de amor por el Dios que difunde su fama a través de la salvación y preservación de su pueblo humilde y suplicante.

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4. Rechaza el evangelio de Dios

A diferencia de Samuel, hemos recibido mandamientos de Dios para orar (Romanos 12:12; Colosenses 4:2; 1 Tesalonicenses 5:17; Santiago 5:13). Cuando no oramos, estamos quebrantando el mandamiento de Dios. Pero, según el Nuevo Testamento, encontramos el poder para guardar los mandamientos de Dios en el evangelio. Por lo tanto, la falta de oración muestra que no estamos entendiendo el evangelio.

En la cruz de Cristo, Dios crea un pueblo para sí mismo al precio de la vida de su Hijo único. En la cruz, Dios muestra su compromiso de nunca abandonar a su pueblo. En la cruz, Dios obra para salvar y preservar un pueblo por amor a su nombre. En la cruz, encontramos el Sí de Dios a todas las promesas de su pacto (2 Corintios 1:20). Su amor de pacto, su fidelidad y su compromiso de salvar para su propia gloria revelados en la cruz hacen posible la oración y hacen que la falta de oración sea pecaminosa.

¿Por qué se considera la falta de oración un pecado grave?

Según Samuel, el pueblo de Israel ha visto cómo Dios ha respondido a sus gritos de ayuda y los ha liberado. Por lo tanto, la oración no es un mandato legal, sino una consecuencia natural de la relación del pueblo con Dios.

¿Cómo motivan las promesas de Dios la oración?

Las promesas de Dios, como "No te dejaré ni te desampararé" (Josué 1:5), nos dan la base para confiar en su intervención y nos alientan a orar con fe.

¿Cómo afecta la gloria de Dios a nuestra oración?

La gloria de Dios es el motivo por el que preserva a su pueblo, por lo que buscar su gloria en la salvación de su pueblo a través de la oración es esencial. La falta de oración muestra una falta de amor tanto por el pueblo de Dios como por Dios mismo.

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¿Cómo se relaciona el evangelio con la oración?

El evangelio revela que Dios ha hecho un pacto con su pueblo, comprometiéndose a salvarlos y preservarlos por su gloria. Este pacto nos da la confianza para orar, ya que sabemos que Dios está comprometido a cumplir sus promesas.

¿Cómo podemos superar la falta de oración?

El poder del evangelio, no los mandatos adicionales para orar, es la cura para los corazones faltos de oración. El evangelio expone nuestro orgullo y necesidad de dependencia de Dios, permitiéndonos orar con humildad y confianza en su misericordia y gracia.

¿Cómo debemos evitar los errores en la oración?

Mientras buscamos orar como Jesús, debemos evitar la oración que se convierte en un medio de autojustificación o competencia con los demás. La verdadera oración nos humilla y promueve la alabanza a Dios.

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