¿Cómo alcanzar la salvación? La justificación por la fe
El dilema de la condenación
El infierno no es simplemente una consecuencia de nuestros pecados, sino un castigo impuesto por Dios para los culpables. Ante esta condena, ¿cómo pueden los pecadores escapar del castigo y eliminar su culpa?
Abraham, un ejemplo de justificación
El apóstol Pablo utiliza a Abraham como un ejemplo de justificación. Pablo afirma que Abraham no fue justificado por obras, sino por su fe en Dios (Romanos 4:2-3).
La naturaleza de la fe
La fe no es nuestra justicia, sino que cree en Dios que justifica a los impíos. Cuando nacemos espiritualmente, todavía somos impíos, pero la fe inicia el proceso de vencer nuestra impiedad.
La justificación por fe
La justificación es un veredicto pronunciado por Dios: no culpable, absuelto, aceptado y perdonado. Ocurre para aquellos que no trabajan, sino que creen en Dios que justifica a los impíos. La fe, y solo la fe, se acredita como justicia.
Confía en quien justifica a los impíos
Cristo murió para pagar nuestra deuda y vivió para proveer nuestra justicia. Confiando en Dios que justifica a los impíos, podemos escapar de la condenación y encontrar paz y salvación. La justificación es la base firme sobre la que construimos nuestra vida y eternidad.
Preguntas frecuentes
¿Qué significa que Abraham fue justificado por la fe?
Respuesta: Abraham fue considerado justo por Dios porque creyó en Él, no por sus obras. Su fe fue "contada como justicia".
¿Por qué la justificación por la fe elimina la jactancia?
Respuesta: Porque si pudiéramos justificarnos por obras, tendríamos algo de qué jactarnos. Pero la fe es un regalo de Dios, por lo que no podemos jactarnos de ello.
¿Qué significa que Dios justifica a los impíos?
Respuesta: Significa que Dios considera justos a aquellos que creen en Él, aunque aún sean pecadores. Esto es posible porque Cristo murió por los impíos, pagando el castigo por nuestros pecados.
¿Cómo se obtiene la justificación?
Respuesta: La justificación se obtiene al confiar en Dios que justifica a los impíos. No se basa en obras, amor o frutos de fe, sino únicamente en la fe.