Versículos bíblicos que afirman la impecabilidad de Jesús
Jesús, el Cordero sin mancha
La Biblia afirma repetidamente la pureza y santidad inmaculadas de Jesús. Los siguientes versículos brindan un testimonio claro de su impecabilidad:
- 1 Pedro 2:22: "Pues Cristo también sufrió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios."
- Hebreos 4:15: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo de la misma manera que nosotros, pero sin pecado."
Los enemigos de Jesús no pueden acusarlo
Los adversarios de Jesús se esforzaron por encontrar alguna falta en él, pero fracasaron miserablemente. La Biblia registra:
- Juan 15:24: "Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto y me han aborrecido a mí y a mi Padre."
- Juan 8:46: "¿Quién de ustedes me convence de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen?"
El sacrifico perfecto
La impecabilidad de Jesús fue esencial para su papel como sacrificio expiatorio por los pecados de la humanidad:
- 2 Corintios 5:21: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."
Estos versículos bíblicos establecen de manera inequívoca que Jesús vivió una vida sin pecado. Su pureza perfecta lo calificó para ser el Cordero de Dios, sacrificado para redimir a la humanidad de sus pecados y acercarlos a Dios.
¿Qué pasajes de las Escrituras dicen que Jesús nunca pecó?
¿Cuáles son los pasajes que hay que consultar para ver que Jesús nunca pecó?
- Evangelios: Sus enemigos no pudieron presentar ningún cargo contra él.
- Hebreos 4: "Tenemos un sumo sacerdote que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado".
- Romanos 8:3-4: "Lo que era imposible para la ley, Dios lo hizo posible al enviar a su propio Hijo en semejanza de carne pecaminosa".
- 2 Corintios 5:21: "Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros".
- Evangelios: Jesús desafió a los fariseos a acusarlo, pero no pudieron.
- 1 Pedro 2:22: "En él no había engaño".