Ansias: No ser cargados, sino liberados
El valor de la humildad y su vínculo con la ansiedad
Si bien la Biblia nos llama a ser audaces para Cristo, también reconoce la importancia de liberarnos del miedo y la ansiedad. Curiosamente, en 1 Pedro 5:7, la amenaza que nos tienta a la ansiedad no es la prisión, sino la humildad. El mandamiento de ser humildes nos hace sentir la necesidad de encomendar nuestras ansias a Dios.
La humildad como un desafío que genera ansiedad
La humildad implica admitir errores, pedir ayuda, realizar tareas cotidianas y pasar tiempo con personas comunes. Sin embargo, estas acciones conllevan el riesgo de perder el reconocimiento, ser ignorados y menospreciados. Esta amenaza de ser minimizados provoca ansiedad. Por lo tanto, para realmente ser humildes, necesitamos abordar el problema de la ansiedad.
Cómo encomendar nuestras ansias a Dios
Encomendar nuestras ansias a Dios significa confiar en que Él se preocupa por nosotros. Al igual que un animal transporta cargas, Dios está dispuesto a llevar nuestras ansias. El versículo 7 dice: "echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".
La conexión con la oración
Echar nuestras ansias sobre Dios implica confiar en Él a través de la oración. Filipenses 4:6 dice: "Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". Al orar, expresamos nuestra confianza en que Dios se preocupa por nuestras ansias.
El poder de la oración en conjunto
Para abordar la ansiedad que enfrentaremos este verano al participar en actividades de evangelismo, oraremos juntos durante las próximas 12 semanas. Confiamos en la promesa de Dios de que, cuando su pueblo lo invoca unido, Él derramará sobre ellos un espíritu de paz y poder.
¿Por qué la humildad crea ansiedad?
La humildad implica el riesgo de perder el prestigio, no ser reconocido, apreciado, elogiado o recompensado. Ser humillado o menospreciado puede resultar doloroso, lo que genera ansiedad.
¿Cómo podemos solucionar el problema de la ansiedad?
Podemos solucionar la ansiedad relacionada con la humildad confiando en Dios. El versículo 7 nos dice que debemos "humillarnos... echando toda vuestra ansiedad sobre él".
¿Cómo echamos nuestra ansiedad sobre Dios?
Echamos nuestra ansiedad sobre Dios confiando en que Él se preocupa por nosotros. Creyendo que Él es Dios y que sus propósitos no pueden ser frustrados, podemos confiar en que Él actuará y trabajará en nuestra situación específica.
¿Qué conexión existe entre echar nuestra ansiedad sobre Dios y la oración?
Echar nuestra ansiedad sobre Dios se expresa en la oración. La oración es la confianza dirigida hacia Dios y expresada en palabras. Al orar y exponer nuestras peticiones a Dios, estamos demostrando nuestra confianza en que Él se preocupa por nuestra ansiedad.