¡El Señor se regocijará por ti!

El llamado de Sofonías: Humildad y Justicia

Según Sofonías 1:1, el profeta Sofonías entregó la palabra del Señor durante el reinado de Josías, rey de Judá. Josías reinó del 637 al 608 a. C., por lo que su reinado terminó solo 20 años antes de que Jerusalén fuera saqueada por los babilonios e Israel fuera llevado cautivo. Josías fue el rey que encontró el libro de la ley perdido en el templo e intentó reformar al pueblo, que se había desviado tanto hacia la idolatría y la maldad. Sofonías, entonces, fue parte de este esfuerzo por llamar a Judá, y especialmente a Jerusalén, de regreso a Dios.

La venida del juicio: orgullo y avaricia

El capítulo 1 anuncia el juicio venidero sobre Judá y Jerusalén. El versículo 4 dice: "Extenderé mi mano contra Judá y contra todos los habitantes de Jerusalén". El capítulo 2, versículos 1-3, llama a la nación a regresar a Dios y específicamente (como dice el versículo 3) a "buscar justicia y buscar humildad".

En el capítulo 3, versículos 1-7, Sofonías vuelve a dirigir su atención a Jerusalén y amplía el catálogo de acusaciones de Dios contra ella. El problema fundamental con el pueblo de Jerusalén es la autosuficiencia. No escuchan a nadie, no aceptan la corrección de nadie, ni siquiera de Dios. No necesitan a Dios, por lo que no confían en él ni se acercan a él.

El capítulo 1 también enfatiza que la ira de Dios es contra aquellos que aman el dinero y confían en su oro y plata. El versículo 18 advierte: "Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira del Señor". El versículo 9 describe a los sirvientes de los ricos que llenan las casas de sus amos mediante la violencia y el fraude. El versículo 11 dice: "Todos los que pesan plata serán eliminados". Y el versículo 12 se refiere a aquellos que están "espesados sobre sus heces", lo que significa aquellos que se han vuelto duros e insensibles en su abundancia y dicen: "El Señor no hará bien ni hará mal".

La alegría de Dios: humildad y refugio

El capítulo 3, versículos 11-13, describe a las personas que experimentarán el cumplimiento de las promesas de 3:14-17: "En aquel día no seréis avergonzados a causa de los hechos por los cuales os habéis rebelado contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se regocijan con soberbia y ya no te enorgullecerás en mi santo monte. Pues dejaré en medio de ti un pueblo humilde y humilde. Ellos buscarán refugio en el nombre del Señor, los que queden en Israel; no harán maldad y no pronunciarán mentiras".

El versículo 14 dice: "¡Canta en voz alta, hija de Sion; grita, oh Israel! ¡Regocíjate y alégrate con todo tu corazón, hija de Jerusalén!" Esto es lo que harán los humildes y humildes por toda la eternidad. Y los versículos 15-20 dan las razones por las que pueden regocijarse.

Pero la promesa más asombrosa de todas está en el versículo 17: "El Señor se regocijará por ti con alegría, te renovará en su amor (o mejor: callará, es decir, no hará acusaciones, en su amor), se deleitará en ti con cántico fuerte (o: un grito de alegría)".

Preguntas frecuentes

¿Qué mensaje principal transmite el libro de Sofonías?

Respuesta: El mensaje principal es que Dios anhela que las personas sean humildes, busquen la justicia y confíen en Él, y que aquellos que lo hagan experimentarán su alegría y salvación.

¿Cuáles son los pecados que Dios condena en el libro de Sofonías?

Respuesta: Idolatría, arrogancia, autosuficiencia, amor al dinero y opresión de los pobres.

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¿Qué consecuencias advierte Sofonías para aquellos que no se arrepienten?

Respuesta: La ira de Dios vendrá como un día de juicio, trayendo destrucción y castigo.

¿Qué esperanza ofrece Sofonías a los humildes y piadosos?

Respuesta: Aquellos que buscan a Dios, hacen la justicia y son humildes serán escondidos del día de la ira y experimentarán la salvación y la alegría de Dios.

¿Cómo se manifiesta la alegría de Dios en el libro de Sofonías?

Respuesta: Dios se deleita en sus seguidores humildes y justos, y los llenará de alegría, renovación y un cántico de alabanza.

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