El Magnífico Dios de María

María, una mujer humilde escogida para un propósito extraordinario

En el relato bíblico, María reconoce la grandeza de Dios al comprender su humilde estado y la condescendencia del magnífico Señor. Este reconocimiento la lleva a exclamar en el cántico conocido como "El Magníficat".

La humildad y fe de María y Elizabeth

María y su prima Elizabeth, a pesar de sus diferencias de edad y circunstancias, comparten una fe profunda y una disposición de corazón para aceptar la voluntad de Dios. Elizabeth expresa su asombro ante la visita de María, exclamando: "¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a verme?"

María, por su parte, reconoce que Dios ha mirado con favor su humildad: "Ha puesto los ojos en la humildad de su sierva". Estas mujeres ejemplifican el verdadero significado de la humildad: reconocer su propia pequeñez y ser abrumadas por la gracia y el amor de un Dios magnífico.

La condescendencia de Dios hacia los humildes

María y Elizabeth nos muestran que la verdadera grandeza no se encuentra en la posición o el poder, sino en la humildad del corazón. Dios no ignora a los humildes, sino que se inclina hacia ellos con amor y misericordia.

El Magníficat de María es un testimonio de la condescendencia de Dios. En un acto de gracia asombrosa, Dios escoge a dos mujeres humildes para desempeñar un papel crucial en la historia de la salvación. Esto nos recuerda que el favor de Dios no se basa en el mérito humano, sino en su amor inmerecido.

Preguntas Frecuentes sobre el Magnificat de María

¿Por qué María ve a Dios cambiando el curso de la historia?

Porque cree que el nacimiento de su hijo, Jesús, marcará el comienzo de los eventos más importantes de la historia humana.

¿Por qué se enfoca Dios en mujeres humildes como María y Elizabeth?

Porque desea mostrar su amor por los humildes y su disposición a obrar a través de ellos.

¿Qué aspectos de María y Elizabeth impresionan a Lucas?

Su fe, su humildad y su sumisión a Dios.

¿Qué significa "magnificar al Señor"?

Reconocer su grandeza, poder y misericordia.

¿Quiénes pueden verdaderamente magnificar al Señor?

Quienes reconocen su propia insignificancia y están asombrados por la condescencia de Dios.

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