¡Confía en Dios y en Jesús, y no te preocupes por tu futuro!
No se turbe tu corazón: cree en Dios, cree también en mí
Las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan 14:1-3 ofrecen un mensaje de consuelo y esperanza a quienes se enfrentan a desafíos o incertidumbres. El Señor nos invita a confiar en Dios y en él, reconociendo que nuestro futuro está en sus manos.
Un lugar seguro en la casa del Padre
Jesús asegura a sus discípulos que hay "muchas moradas" en la casa de su Padre. Esto nos recuerda que Dios ha preparado un lugar especial para cada uno de nosotros, donde podemos encontrar paz, seguridad y eterna felicidad.
Un regreso prometido
Jesús no solo promete preparar un lugar para nosotros, sino que también promete regresar y llevarnos a estar con él. Esta promesa nos da esperanza en medio de las dificultades, sabiendo que nuestro tiempo en la Tierra es temporal y que un futuro glorioso nos espera.
Confía en Dios y cree
El mensaje central de Jesús es claro: debemos confiar en Dios y creer en él. Debemos poner nuestra fe en sus promesas y confiar en que nos guiará y protegerá a través de todos los desafíos que la vida nos depare. No permitamos que nuestros corazones se preocupen o perturben, sino que encontremos paz y consuelo en las palabras de nuestro Salvador.
Preguntas frecuentes
¿Qué mensaje de esperanza ofrece Jesús a sus seguidores en Juan 14:1-3?
Jesús asegura a sus seguidores que no deben preocuparse, ya que él va a preparar un lugar para ellos en la casa de su Padre.
¿Cuál es el propósito de que Jesús vaya a preparar un lugar para sus seguidores?
Para que cuando regrese, pueda llevarlos con él, para que puedan estar donde él está.
¿Cómo deben responder los seguidores de Jesús a este mensaje?
Creer en Dios y en Jesús, y confiar en que Jesús cumplirá su promesa de preparar un lugar para ellos.
¿Qué implica creer en Jesús?
Tener fe en su divinidad, sus enseñanzas y su capacidad para salvar.
¿Qué esperanza ofrece este pasaje a los creyentes que enfrentan dificultades o preocupaciones?
La esperanza de un futuro seguro y glorioso en presencia de Dios.