¡La llegada de la gran alegría!
El significado profundo de la alegría en la Navidad
La Navidad es conocida como una época de alegría, pero no es simplemente una alegría cualquiera. Es una "gran alegría". ¿Qué hace que la alegría navideña sea tan especial?
Alturas extraordinarias
La alegría navideña es de gran altura. Los ángeles que anuncian el nacimiento de Jesús declaran: "Gloria a Dios en las alturas". Esta alegría no se limita a la tierra, sino que se extiende al cielo. Es tan magnífica que capta la atención tanto de los humildes pastores como de las huestes celestiales.
Alcances ilimitados
La alegría navideña es también de gran alcance. Es "para todas las personas". No está reservada para unos pocos privilegiados, sino que se ofrece a todos, sin distinción de raza, género, estatus o creencia.
Profundidades insondables
Finalmente, la alegría navideña es de gran profundidad. Supera los temores, los dolores y las penas. Jesús, la encarnación de la alegría, vivió como un hombre de dolores, pero su sufrimiento no pudo apagar su gozo. Es una alegría que puede sostenernos incluso en los momentos más oscuros.
¿Por qué la alegría de la Navidad es tan especial?
La alegría de la Navidad no es una alegría normal, sino una "gran alegría" que supera toda otra alegría que hayamos experimentado. Es una alegría sobrenatural que proviene de la venida de Dios mismo en la persona de su Hijo, Jesucristo.
¿Cómo se diferencia la "gran alegría" de la alegría ordinaria?
La "gran alegría" de la Navidad se diferencia de la alegría ordinaria en tres aspectos principales:
- Grandes alturas: Se extiende desde la tierra hasta el cielo, envolviendo tanto a los humildes pastores como a las huestes celestiales.
- Grandes extensiones: Está destinada a todas las personas, sin importar su raza, género, estatus social o ubicación geográfica.
- Grandes profundidades: Es una alegría que puede superar incluso los miedos y penas más profundos, trayendo consuelo y esperanza en medio del sufrimiento.
¿De dónde viene la "gran alegría" de la Navidad?
La "gran alegría" de la Navidad proviene del nacimiento de Jesucristo, quien es "la encarnación de la alegría". Su venida trae salvación, esperanza y la promesa de vida eterna, lo que resulta en una profunda alegría que sobrepasa toda comprensión.