¿Por qué no debemos ser infieles a nuestra pareja?
La importancia de la fidelidad y la santidad
En el libro de Malaquías, el profeta condena la infidelidad y la profanación del santuario del Señor. Afirma que hemos sido creados por un solo Dios y Padre, y que al romper la confianza con nuestro cónyuge, no solo traicionamos a nuestra familia sino también al Señor.
El matrimonio como un pacto
El matrimonio es un pacto sagrado ante Dios. Cuando dos personas se unen en matrimonio, prometen ser fieles el uno al otro mientras ambos vivan. Esta promesa es un reflejo del pacto de amor y fidelidad entre Dios y su pueblo.
El odio de Dios por el divorcio
Dios declara que aborrece el divorcio porque contradice la naturaleza del pacto del matrimonio. El Señor es el Dios de Israel, y se ha comprometido a permanecer fiel a su pueblo, incluso en tiempos de dificultad. De igual manera, el matrimonio debe ser un compromiso inquebrantable, una unión que no se pueda disolver por un mero capricho.
El Dios misericordioso del pacto
A pesar de nuestra infidelidad y pecados, Dios sigue siendo un Dios misericordioso y compasivo. Él está dispuesto a perdonar nuestros errores y a ayudarnos a restaurar nuestras relaciones. Si nos apartamos de nuestros pecados y confiamos en su gracia, Él nos guiará hacia la verdad y la vida.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestras relaciones?
- No ser infieles unos con otros, manteniendo la confianza y los compromisos.
¿Por qué debemos evitar casarnos con no creyentes?
- Profana la santidad de Dios y menosprecia su pacto con nosotros.
¿Por qué Dios odia el divorcio?
- Porque el matrimonio es un pacto ante Dios, y el divorcio contradice su pacto con su esposa, su pueblo.