¡El Espíritu Santo es Dios!
¿Quién es el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, junto con Dios Padre y Dios Hijo. Es un ser personal y divino, no una fuerza o energía impersonal.
Evidencias de su personalidad
- Se le llama "otro Consolador" (Juan 14:16), lo que implica que es una persona distinta de Jesús.
- Jesús dijo que "él habita en vosotros y estará en vosotros" (Juan 14:17), lo que muestra que es un ser distinto que puede habitar en las personas.
- Se le atribuyen acciones personales como enseñar, guiar y dar testimonio (Juan 14:26, 15:26).
¿Por qué es importante conocer al Espíritu Santo?
- Es esencial en la vida cristiana, guiándonos y fortaleciéndonos (Romanos 8:13).
- Trae convicción de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8-11).
- Glorifica a Jesús y nos revela la verdad (Juan 16:13-15).
¿Cómo experimentar al Espíritu Santo?
- Pídele a Dios que lo envíe: "Pedid, y os será dado; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Mateo 7:7).
- Cree en Jesús: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
- Recíbelo por fe: "Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos 5:32).
Preguntas Frecuentes
¿Es el Espíritu Santo una persona o una fuerza impersonal?
El Espíritu Santo es una persona, no una fuerza impersonal. Jesús se refiere a él como "otro Consejero" y dice que "morará con vosotros y estará en vosotros". Jesús también lo identifica como un maestro y un testigo.
¿Es el Espíritu Santo Dios?
Sí, el Espíritu Santo es Dios. Es llamado "Espíritu de Dios" porque comparte la naturaleza de Dios y procede eternamente de Él. El Espíritu Santo es esencial para la relación entre el Padre y el Hijo, siendo el resultado, el vínculo y el vehículo de su amor y deleite mutuos.
¿Cómo se manifiesta el Espíritu Santo en nuestras vidas?
Cuando el Espíritu Santo entra en nuestras vidas, trae consigo el amor del Padre y del Hijo. Nos permite amar al Padre con el amor del Hijo y al Hijo con el amor del Padre. Nos guía, nos enseña y nos purifica, ayudándonos a vivir una vida piadosa.