¿Es real la gracia irresistible?
Definición de gracia soberana e irresistible
La gracia soberana se refiere al poder del Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios. Dios es todopoderoso y soberano, lo que significa que hace lo que quiere (Salmo 115:3). La gracia irresistible es un concepto que afirma que el Espíritu Santo siempre triunfa sobre nuestra resistencia, a pesar de que podemos resistir temporalmente.
La resistencia a la gracia no niega su naturaleza irresistible
Algunos argumentan que la gracia no puede ser irresistible porque la Biblia menciona situaciones en las que las personas resisten al Espíritu Santo. Sin embargo, esto no significa que la gracia no sea irresistible. La irresistible gracia simplemente afirma que cuando Dios decide vencer nuestra resistencia, lo hará.
El atractivo irresistible de Cristo
La gracia irresistible se puede entender cuando consideramos cómo Dios puede hacer que Cristo parezca tan atractivo que nuestra resistencia se rompe. Vemos a Cristo y su cruz como poderosos, sabios y hermosos, y no podemos evitar recibirlo. Este es el verdadero significado de la irresistible gracia.
Versículos bíblicos que apoyan la gracia irresistible
- "Ninguno puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo atraiga. Y yo lo resucitaré en el último día" (Juan 6:44).
- "Nadie puede venir a mí a menos que le sea concedido por el Padre" (Juan 6:65).
- "Todos los que estaban destinados a vida eterna creyeron" (Hechos 13:48).
- "Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y tendré compasión de quien tenga compasión" (Romanos 9:15-16).
La soberanía de Dios en la salvación
Dios tiene su propia voluntad. No estamos obligados ni podemos controlar a quién muestra misericordia para vencer su rebelión. Estos versículos enfatizan la soberanía de Dios en la salvación.
La fe como un acto libre y un don de Dios
La fe es un acto libre del alma que ha recibido vida y ojos para ver la belleza irresistible de Jesucristo. Creemos porque Dios otorga la fe y nos capacita para ello.
El trabajo y la gracia
Aunque creemos en la gracia irresistible, no promovemos la pasividad. La gracia de Dios nos impulsa a trabajar y a obedecer su voluntad. Estamos llamados a participar activamente en nuestra salvación, sabiendo que Dios está obrando en nosotros para que queramos y hagamos su buena voluntad (Filipenses 2:12-13).