¿Cómo someterse a las autoridades para el bien del Señor?
En 1 Pedro 2:13, encontramos una exhortación a someterse a las autoridades humanas por amor al Señor. Este principio es crucial para los cristianos que viven en sociedades diversas y a menudo hostiles.
La naturaleza de la Sumisión
La sumisión no significa servidumbre o cobardía. Más bien, se basa en el reconocimiento de que las autoridades humanas son ordenadas por Dios (Romanos 13:1). Los cristianos deben someterse "por el bien del Señor", es decir, por respeto a su voluntad y autoridad.
Ámbitos de Sumisión
Pedro especifica varios ámbitos de sumisión:
Emperador y Gobernadores
Los cristianos deben honrar a las autoridades civiles, incluso cuando no están de acuerdo con sus políticas.
Todos los Hombres
Independientemente de su estatus social o creencias, los cristianos deben tratar a todos con respeto y honor.
Hermandad Cristiana
Los cristianos tienen un amor especial por otros creyentes y deben cuidarse mutuamente.
Dios
La sumisión a las autoridades humanas debe estar siempre subordinada a la sumisión a Dios.
El propósito de la Sumisión
La sumisión por amor al Señor tiene varios propósitos:
Evitar el reproche
Vivir vidas ejemplares silencia las críticas infundadas contra los cristianos.
Glorificar a Dios
Al obedecer las leyes y actuar con integridad, los cristianos dan testimonio del carácter de Dios.
Promover la paz y el orden
La sumisión a las autoridades contribuye a un clima social estable y armonioso.
La tensión entre la sumisión y la libertad
El texto reconoce la tensión entre la sumisión y la libertad cristiana. Sin embargo, los cristianos deben recordar que su libertad está enraizada en su identidad como hijos de Dios. Esta libertad no es una licencia para el libertinaje, sino una expresión de la obediencia a la voluntad del Padre.
Someterse a las autoridades humanas por amor al Señor es un principio esencial para los cristianos. Al hacerlo, los creyentes honran a Dios, dan testimonio de su carácter y promueven el bienestar de la sociedad. Esta sumisión es un acto de adoración, que demuestra la confianza en la soberanía y la providencia de Dios.