¿Qué es la maldad?
El núcleo de la maldad
La esencia fundamental de la maldad reside en preferir cualquier cosa por encima de Dios. La maldad es un acto de preferencia. No es una función de las cosas materiales, sino de la voluntad. El mal siempre se define en relación con el querer en lo que respecta a Dios, quien es el valor supremo del universo.
El mal según las Escrituras
- Jeremías 2:13: "Mi pueblo ha cometido dos males. Primero, me han abandonado a mí, la fuente de aguas vivas. Segundo, se han cavado cisternas rotas que no retienen agua". El mal es preferir cisternas rotas a Dios.
- Romanos 3:23: "Todos pecaron (cometieron maldad) y están destituidos de la gloria de Dios". El pecado se define en relación con la gloria de Dios, y carecer de ella es haberla intercambiado por algo inferior (Romanos 1:23).
- Éxodo 20:3 y 17: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" y "No codiciarás". Ambos mandamientos expresan la esencia de la maldad: preferir cualquier cosa antes que a Dios.
La bondad y la maldad
La bondad de Dios radica en actuar siempre en armonía con su infinito valor. Por lo tanto, nuestra bondad consiste en actuar en armonía con ese valor. La esencia de la maldad es tratar a Dios como si no fuera supremamente valioso.
¿Qué es el mal?
Según la Biblia, el mal es esencialmente preferir cualquier cosa sobre Dios. Es un acto de voluntad que da prioridad a algo o alguien más que a Dios, devaluando así su valor supremo.
¿Es el mal simplemente la ausencia de santidad o de Dios?
No, el mal no es simplemente la ausencia de santidad o de Dios. Es un acto activo de preferir algo más que a Dios, lo que implica un rechazo de su valor supremo.
¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal?
El bien consiste en actuar en armonía con el valor infinito de Dios. El mal, por otro lado, consiste en tratar a Dios como si no fuera supremamente valioso, lo que puede manifestarse en sentimientos, pensamientos o acciones.