El asombroso encuentro de Jesús y Tomás
La duda de Tomás
Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, se apareció a sus discípulos. Sin embargo, Tomás, también conocido como Dídimo, no estaba presente en ese momento. Cuando los demás discípulos le contaron que habían visto al Señor, Tomás se mostró escéptico. Declaró que a menos que viera las heridas de los clavos en las manos de Jesús, metiera su dedo en ellas y su mano en su costado, no creería.
El encuentro con Jesús
Ocho días después, los discípulos estaban reunidos de nuevo, y esta vez Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró de repente y se paró entre ellos. Saludó con "La paz sea con ustedes".
La prueba de la fe
Jesús se dirigió directamente a Tomás y le dijo: "Mete aquí tu dedo y mira mis manos. Extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de dudar y cree". En ese momento, Tomás quedó abrumado por la visión de Jesús.
La confesión de Tomás
Tomás, lleno de emoción, exclamó: "¡Mi Señor y mi Dios!". Jesús respondió: "Has creído porque me has visto. Benditos son los que no han visto y sin embargo han creído".
La importancia de la fe
La historia de Tomás nos enseña la importancia de la fe. Aunque no todos podemos ver físicamente a Jesús, podemos creer en su resurrección y en su poder. Incluso aquellos que no hayan visto pruebas tangibles pueden experimentar la bendición de la fe.
Preguntas Frecuentes
¿Quién no estaba con los discípulos cuando Jesús se apareció?
- Thomas, llamado el Dídimo.
¿Cuáles eran las condiciones de Thomas para creer?
- Ver las marcas de los clavos en las manos de Jesús, tocarlas y poner su mano en su costado.
¿Cuándo volvió Jesús a aparecerse a los discípulos?
- Ocho días después.
¿Qué dijo Jesús a Tomás cuando este expresó su duda?
- "No seas incrédulo, sino creyente".
¿Cuál fue la respuesta de Thomas a la aparición de Jesús?
- "Señor mío y Dios mío".
¿Qué dijo Jesús sobre los que creen sin ver?
- "Bienaventurados los que no vieron pero creyeron".