¿Cómo superar el peso de los estados de ánimo negativos?

La influencia de los estados de ánimo

Vivimos en un mundo imperfecto donde, debido a nuestra propia naturaleza pecaminosa, experimentamos estados de ánimo negativos. Sin embargo, no debemos permitir que estos estados de ánimo nos dominen ni los utilicemos para justificar actitudes pecaminosas. En cambio, debemos desafiarlos, controlarlos y apartarlos para que no nos hundan en la carrera de la fe.

Los estados de ánimo como medidores, no guías

Dios nos diseñó para vivir por fe y para que nuestras emociones estén gobernadas por nuestras creencias. Los estados de ánimo son manifestaciones emocionales de las verdades o mentiras que creemos en un momento dado. Por lo tanto, son indicadores confiables de nuestras creencias, pero no deben ser guías para nuestras acciones.

El poder manipulador de los estados de ánimo

Con demasiada frecuencia nos dejamos guiar por nuestros estados de ánimo, especialmente por aquellos que disfrutamos. Tendemos a buscar formas de alterar las emociones desagradables en lugar de abordar las creencias subyacentes que las causan. Esto nos hace vulnerables a las tentaciones y permite que Satanás nos manipule emocionalmente.

Interrogar a los estados de ánimo

Para superar el peso de los estados de ánimo negativos, debemos interrogarlos como indicadores de nuestras creencias. ¿Qué los está provocando? ¿Son causados por un desequilibrio químico, una enfermedad o una creencia errónea?

Desequilibrios químicos

Ciertos factores fisiológicos, como los ciclos menstruales o las enfermedades, pueden influir en los estados de ánimo. Estos deben abordarse con soluciones adecuadas, como medicación o atención médica. Sin embargo, incluso en estos casos, debemos esforzarnos por confiar en las promesas de Dios.

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Creencias erróneas

Con mayor frecuencia, los estados de ánimo negativos son causados por creencias erróneas. Aunque pueden estar contaminados por el pecado, estos estados de ánimo son una señal de que debemos corregir nuestras creencias con la verdad de Dios. Cuando nos sentimos decaídos o ansiosos, debemos preguntarnos por qué y predicar la verdad a nuestras almas, recordándoles que Dios es nuestra salvación y nuestra porción, y que sus misericordias son nuevas cada mañana.

¿Qué significa "poner a un lado el peso del mal humor"?

Poner a un lado el peso del mal humor significa reconocer que nuestro mal humor es una señal de creencias incorrectas y que debemos abordar esas creencias en lugar de permitir que nos controlen o controlemos a otros con ellas.

¿Por qué no deberíamos excusar los malos humores?

No debemos excusar los malos humores porque siempre tienen una causa subyacente, ya sea desequilibrios químicos o creencias erróneas. Al excusarlos, evitamos abordar el problema real y permitimos que el mal humor afecte negativamente a nosotros mismos y a los demás.

¿Cómo podemos saber qué está causando nuestros malos humores?

Para saber qué está causando nuestros malos humores, debemos examinarlos y preguntarnos por qué nos sentimos así. Es posible que haya problemas de química corporal, pero con mayor frecuencia, los malos humores son el resultado de creencias incorrectas.

¿Por qué son nuestras emociones medidores y no guías?

Nuestras emociones son medidores porque reflejan nuestras creencias. Nos dicen lo que estamos pensando y sintiendo, pero no son guías confiables porque a menudo están influenciadas por el pecado. En lugar de seguir nuestras emociones, debemos guiarnos por las verdades de la Palabra de Dios.

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¿Cómo podemos evitar ser manipulados por nuestros malos humores?

Para evitar ser manipulados por nuestros malos humores, debemos reconocer que son medidores y no guías. Debemos preguntarnos qué los está causando y abordar las creencias incorrectas que los alimentan. También debemos pedirle a Dios que nos ayude a confiar en sus promesas incluso cuando nuestros cuerpos o emociones no están funcionando correctamente.

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