La verdadera seguridad en un mundo injusto
La fugacidad del mal
El Salmo 37 nos invita a no preocuparnos por los malvados, pues su destino es perecer como la hierba que se marchita. Confiando en Dios y haciendo el bien, tendremos la seguridad de que las cosas acabarán bien.
La protección divina
Dios protegerá a los justos, aunque parezcan débiles frente a la prosperidad de los impíos. Debemos guardar la calma, pues Dios se burlará de los malvados porque conoce su fin. La espada del mal se volverá contra ellos, mientras que el Señor sostendrá a los suyos.
La esperanza de los justos
Los justos heredarán la tierra y disfrutarán de una paz duradera. A pesar de las dificultades que puedan enfrentar, Dios los bendecirá y sus descendientes serán protegidos. El Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles.
La guía divina
Dios guía los pasos de los justos y se complace en su camino. Aunque puedan caer, Él los sostendrá. Su ley está en sus corazones, y sus pasos no vacilarán.
La paciencia y la confianza
Esencial esperar pacientemente en el Señor, confiando en sus promesas. Cuando los malvados sean destruidos, los justos serán exaltados. La salvación y la fuerza provienen de Dios, y Él liberará a quienes confían en Él.
Preguntas Frecuentes
¿Cómo debo responder a los malvados?
- No te preocupes por ellos ni los envidies (vv. 1-2).
¿En quién debo confiar?
- En el Señor (vv. 3-4, 7, 34).
¿Qué debo hacer con mis deseos?
- Deléitate en el Señor y Él te los concederá (v. 4).
¿Qué debo hacer con mis preocupaciones?
- Encomiéndalas al Señor y descansa en Él (vv. 5, 7, 23, 34).
¿Qué pasará con los malvados?
- Serán cortados como el pasto (v. 2).
- Su prosperidad será efímera (vv. 10, 35-36).
- Su maldad los destruirá (vv. 12-15, 20).
¿Qué pasará con los justos?
- Inheritarán la tierra (vv. 9, 11, 22, 29).
- Serán protegidos por el Señor (vv. 17-18, 24, 33, 40).
- Experimentarán paz y satisfacción (vv. 11, 19, 37).
¿Cómo puedo vivir una vida justa?
- Evita el mal y haz el bien (v. 27).
- Sigue la guía del Señor (v. 31).
- Confía en Él y Él te guiará (v. 23).