Dios: Esencia Pura y Misteriosa

Dios no es como nosotros; no está formado por partes ni cualidades. Es simplemente “lo que es”, un ser simple e incomprensible para nuestra mente limitada. Como dijo Moisés, “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14).

Dios: Felicidad Infinita

Dios no necesita nada y encuentra felicidad perfecta en sí mismo. Desde la eternidad, se ha conocido y amado con un gozo infinito. Este autoconocimiento ha dado lugar a la creación del Hijo de Dios, su imagen eterna, y al Espíritu Santo, su amor eterno.

Dios: Relación con su Creación

Dios, aunque autosuficiente, eligió crear el mundo. Al hacerlo, sus atributos esenciales (ser, conocimiento, amor) se relacionaron con la creación, dando lugar a sus “atributos relativos”.

Atributos Relativos de Dios

Estos atributos describen cómo Dios interactúa con su creación. Incluyen su poder (capacidad para obrar), sabiduría (conocimiento para planificar), amor (cuidado y afecto), fidelidad (cumplimiento de promesas) y justicia (orden y equilibrio).

Atributos Negativos

Algunos atributos relativos niegan las limitaciones humanas que no se aplican a Dios. La “infinitud” niega que Dios esté limitado por el espacio; la “inmutabilidad”, que cambie con el tiempo; y la “eternidad”, que tenga un principio o un fin.

Dios: Único y Supremo

Los atributos de Dios no son cualidades externas; son su esencia misma. Es luz pura, siendo, conociendo y amando. Al crear el mundo, su luz se refractó en un espectro de colores, revelándonos su naturaleza.

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El Misterio Encarnado

Lo más asombroso es que Dios, infinito e incomprensible, se hizo hombre en Jesucristo. En él, las perfecciones de Dios y la humanidad se unen, haciéndolo digno de toda adoración.

El estudio de los atributos de Dios (teología) nos lleva a adorarlo (doxología). Al comprender quién es Dios, podemos apreciar su grandeza y maravillarnos con su amor y misericordia. ¡Que nuestra comprensión nos inspire a alabarlo y adorarlo por siempre!

¿Sirve la teología a la doxología?

Sí, la teología debería servir a la doxología. Dios desea ser adorado, pero no en la ignorancia. Quiere ser conocido, disfrutado y alabado por quién es. Es por eso que no solo exige la adoración de sus criaturas, sino que primero se revela a nosotros para que podamos conocerlo y, por lo tanto, deleitarnos en él.

¿Qué significa que “todo en Dios es Dios”?

Esta frase teológica significa que Dios no tiene atributos como nosotros los tenemos. No está compuesto de atributos o cualidades. Cualquier cosa que Dios tenga, Dios es.

¿Cómo podemos comprender a Dios si es incomprensible?

Aunque Dios es incomprensible para nuestra mente finita, podemos conocerlo verdaderamente porque se revela a nosotros de una manera que podemos entender. Dios habla de manera humana a los humanos, y siempre hablamos de Dios de acuerdo con nuestra forma de concebir.

¿Cómo puede Dios ser feliz si no tiene necesidades?

La felicidad de Dios es infinita, eterna, inmutable e independiente. No depende de ninguna fuente externa, sino que encuentra alegría y deleite perfectos en su propia esencia y perfecciones.

¿Cómo se relacionan los atributos absolutos y relativos de Dios?

Los atributos absolutos de Dios (como su ser, conocimiento y amor) se manifiestan en sus atributos relativos cuando crea, sostiene y gobierna el mundo. Por ejemplo, su amor por sí mismo se convierte en su amor por sus criaturas.

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¿Cómo podemos conocer a Dios a través de sus atributos relativos?

Observamos las cualidades positivas en la creación y las remontamos a su origen divino. Por ejemplo, reconocemos la bondad en el mundo y la atribuimos a Dios, que es el Bien Supremo.

¿Por qué algunos atributos de Dios son negativos?

Los atributos negativos de Dios niegan que tenga limitaciones como las criaturas. Por ejemplo, la infinitud de Dios niega que esté limitado como lo está la creación.

¿Cómo reconcilia la teología la divinidad de Cristo con su humanidad?

La maravilla de la encarnación es que Dios, infinito, eterno e inmutable, eligió revestirse de limitaciones finitas uniendo su ser divino a la naturaleza humana finita y temporal. Jesucristo es tanto Dios como hombre, lo que lo hace digno de toda adoración.

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