La Visionaria Revelación de Daniel junto al Gran Río
El Mensaje Oculto
En el tercer año del reinado del rey persa Ciro, un enigmático mensaje fue revelado al sabio Daniel, cuyo nombre también era Belteshazzar. Era un mensaje veraz pero velado en un plazo prolongado. Daniel, dotado de una mente aguda, logró descifrar su significado y comprender la visión que lo acompañaba.
La Aparición Misteriosa
Durante tres semanas enteras, Daniel se sumergió en un duelo profundo, absteniéndose de alimentos y placeres. En el vigésimo cuarto día del primer mes, mientras se encontraba junto a la imponente corriente del río Tigris, ocurrió un suceso extraordinario. Ante sus ojos apareció un ser extraordinario, ataviado con lino y adornado con una faja de oro de Ufaz.
Su semblante era como el berilo, un mineral verde brillante, y su rostro resplandecía como el relámpago. Sus ojos parecían antorchas ardientes, y sus extremidades relucían como bronce bruñido. El sonido de sus palabras resonaba como una multitud rugiente.
El Temor y la Soledad
Mientras Daniel contemplaba esta visión, sus compañeros huyeron despavoridos. Él quedó solo, presa del pánico, sus fuerzas se esfumaron y su vigor se convirtió en fragilidad. A pesar de su debilidad, escuchó atentamente las palabras del ser misterioso, aunque se encontraba en un profundo sueño, con el rostro hacia el suelo.
La Intervención Divina
De repente, una mano lo tocó, haciéndolo temblar de pies a cabeza. Una voz le habló, identificándolo como un "hombre muy amado" y animándolo a comprender el mensaje que traía. Mientras el ser hablaba, Daniel se llenó de valor.
"No temas, Daniel", le dijo la voz. "Tus oraciones y tu humildad han sido escuchadas. He venido en respuesta a tus palabras".
La Batalla Celestial
El ser reveló que había sido obstaculizado por el príncipe del reino persa durante veintiún días. Sin embargo, Miguel, uno de los príncipes más poderosos, había acudido en su ayuda. Su misión era informar a Daniel sobre el destino de su pueblo en un futuro lejano.
El Momento de la Revelación
Daniel se postró con la cara en tierra, abrumado por la visión. Luego, una figura humana tocó sus labios, y él comenzó a hablar, dirigiéndose al ser celestial como "mi señor". Expresó su angustia y su incapacidad para comunicarse con él dada su debilidad.
Una vez más, el ser lo consoló y lo fortaleció. Le explicó que debía regresar para enfrentarse al príncipe de Persia y que el príncipe de Grecia se presentaría después de su partida. Antes de desaparecer, prometió revelar la verdad registrada en la "Escritura de la Verdad", protegida por Miguel.
Preguntas Frecuentes sobre la Visión de Daniel Junto al Gran Río
¿Quién se le apareció a Daniel junto al río?
Un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con oro de Ufaz (versículo 5).
¿Cómo era el mensajero?
Su cuerpo era como el berilo, su rostro como el relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y pies como bronce bruñido y su voz como el sonido de una multitud (versículo 6).
¿Qué efecto tuvo la visión en Daniel?
Daniel sintió un gran terror, perdió la fuerza y se desmayó (versículo 8).
¿Por qué se le envió un mensaje a Daniel?
Porque había estado ayunando y humillándose ante Dios (versículo 12).
¿Quién se opuso al mensajero?
El príncipe del reino de Persia (versículo 13).
¿Quién ayudó al mensajero?
El arcángel Miguel (versículo 13).
¿A qué se refiere la "Escritura de la Verdad"?
Un registro divino que contiene acontecimientos futuros (versículo 21).
¿Qué papel desempeñó Miguel en la visión?
Miguel protegió al mensajero y ayudó a Daniel a comprender el mensaje (versículo 21).
¿Qué se revela sobre el futuro en la visión?
El príncipe de Grecia vendrá después del príncipe de Persia, y los acontecimientos de la visión se refieren a "muchos días por venir" (versículo 20-21).